La importancia de la competencia socio-cultural cuando aprendemos una lengua.

¿Hablamos de la misma manera con un amigo que con un desconocido?

– ¿Le gustaría tomar carne o pescado?

– Si no le importa, hoy me apetecería algo de carne, poco hecha, como siempre.

Esta conversación pasaría inadvertida en un restaurante. Sin embargo, ese mismo diálogo sonaría extraño si tuviera lugar entre marido y mujer. ¿Veríamos natural que una pareja se tratara de usted? ¿Sinónimo de respeto o incongruencia contextual? Sin duda, resulta impensable que una pareja de enamorados del siglo XXI se relacione de esta manera en su hábitat natural.

Al mismo tiempo que aprendemos una lengua tenemos que aprender las reglas de uso de la misma, pues la lengua no se encuentra aislada sino integrada en la sociedad. Estas reglas de uso dependen de la sociedad en cuestión, de su cultura y su idiosincrasia. Por ejemplo, los gestos, dentro de la comunicación no verbal,  difieren considerablemente de unas culturas a otras: gestos inofensivos en ciertas comunidades pueden llegar a ser realmente ofensivos en otras.

Desde el desconocimiento, una recolecta de billetes en un bar podría interpretarse como un robo a mano armada visto con desconfianza por alguien ajeno a nuestra cultura. Sin embargo, se trata de una práctica habitual en España a la hora de pagar en un bar cuando se va en grupo: el bote.

Tradicionalmente, la enseñanza de la cultura se ha centrado únicamente en la historia, la literatura y el folklore, dejando de lado los comportamientos culturales más propios de la calle, de la sociedad, y en resumen, de la vida cotidiana de los hablantes.

Para conseguir una competencia comunicativa más eficaz y adecuada es necesario incluir estos (y otros muchos) contenidos culturales en el aula, combinándolos con la gramática, el léxico y la sintaxis, caras todas ellas de un mismo dado. Sin duda, la competencia lingüística necesita apoyarse en la sociocultural antes de salir a explorar el mundo real. El dominio de esta competencia permite evitar los temidos malentendidos culturales.

¿Cómo desarrollar esta competencia en la práctica?

Lo primordial es conocer los intereses del alumno, y en cierta medida, su cultura. Solo de esa manera podremos conseguir una visión general de ambas culturas, con sus diferencias y semejanzas, al tiempo que favorecemos la empatía. Sin necesidad de perder su identidad, el aprendiente ha de ser capaz de desenvolverse en situaciones reales (o más bien, probables) propias de otra cultura, y salir airoso en contextos culturalmente extraños.

Es recomendable comenzar con actividades de reflexión antes de presentar los aspectos socioculturales en cuestión, situándolos siempre en contexto. Es importante hacer pensar al alumno sobre los prejuicios culturales con el objetivo de romper los estereotipos y tópicos, casi siempre negativos, que suelen recaer sobre los diferentes grupos culturales, y que a menudo deforman la percepción de la realidad. Se trata de fortalecer la diversidad cultural partiendo de la comprensión, la reflexión y el debate.

En definitiva, para que un hablante sea intercultural no solo ha de atravesar la frontera lingüística sino rebasar también la barrera cultural, tanto o más identificativa que la propia lengua.

Páginas web de interés:

http://cvc.cervantes.es/aula/didactired/ En el archivo Didactiteca, del Centro Virtual Cervantes, podemos encontrar gran cantidad de actividades destinadas a la enseñanza de ELE, y tiene un apartado específico para el contenido sociocultural.

http://ntic.educacion.es/w3/interculturanet/recurss1.htm  Página sobre la interculturalidad en internet, patrocinada por la Conserjería de Educación y Cultura de la Región de Murcia en colaboración con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Además de interesantes recursos y foros de debate, contiene una serie de unidades didáctica diseñadas para favorecer la sensibilización cultural.

Teresa Peláez Santos, profesora en Spanish Courses Unamuno (Formación de profesores ELE)

Información sobre nuestros  Cursos para profesores ELE.