Semana Santa y Lunes de Aguas en Salamanca: tradiciones y curiosidades.

La Semana Santa se celebra durante la última semana de la Cuaresma, para conmemorar los últimos días de la vida de Jesucristo. Es todos los años un momento de ritos y tradiciones para algunos, y de descanso y vacaciones para muchos otros.

En Salamanca, donde goza de gran popularidad y prestigio, se caracteriza por la austeridad y solemnidad de sus procesiones. Son numerosos los turistas que se acercan a verlas y a disfrutar de la gastronomía típica de la zona en tan señaladas fechas: no en vano fue declarada de Interés Turístico Internacional en 2003.

Comienza el Domingo de Ramos, que conmemora el momento en el que, según la Biblia, Jesús de Nazaret entró triunfalmente en Jerusalén y fue aclamado por una multitud. En España, es tradición para los cristianos llevar palmas y ramos de olivo a misa para que sean bendecidos con agua. Además, se dice que da suerte estrenar alguna prenda de ropa. En Salamanca es muy esperada –especialmente por los más pequeños de la casa- la procesión de la Borriquilla, de la Hermandad de Jesús Amigo de los Niños. En este día la ciudad se viste con sus mejores galas y sale a recibir y a aclamar al paso tallado por Carlos Guerra, que fue objeto de numerosos comentarios cuando lo sacaron por primera vez en 2008 ya que guarda cierto parecido con el burrito de la conocidísima película de animación “Shrek”.

Pese a que hasta el Jueves Santo las celebraciones no alcanzan su máximo apogeo, es de destacar la Procesión Universitaria del Martes Santo, que sale de la Clerecía, y en la que la Hermandad Universitaria, compuesta por numerosos cofrades que forman parte del claustro, hace una promesa de silencio.

El Jueves Santo es el día de la peregrinación a los siete templos, rememorando el recorrido que hizo Jesús desde el huerto de los olivos hasta el monte del Calvario. En algunas zonas de España, como Valladolid o Toledo, son frecuentes las rutas por iglesias o incluso conventos, que abren sus puertas a los peregrinos. En Salamanca, se celebra el ritual litúrgico de los Oficios, que es, a su vez, también un ritual académico. Tiene lugar en la capilla de la vieja Universidad, junto a las cenizas de Fray Luis de León. A ella acude el personal docente de la institución, vestido de gala académica, y celebra un claustro extraordinario. Antiguamente se ofrecía también un desayuno de chocolate, bizcochos y azucarillos. Todos los asistentes hacen turno de vela y son incensados de manera individual.

El Viernes Santo se conmemoran el vía crucis y la muerte de Jesús y en Salamanca comienza muy temprano: a las 5 de la mañana pueden ir los más madrugadores a recibir a la procesión de la Hermandad Dominicana. Otro momento culminante de ese día es el acto del descendimiento. Si te gusta disfrutar de las procesiones, este es tu día: hay un total de 6, que salen desde diferentes parroquias emblemáticas salmantinas.

El Sábado Santo destaca la sobrecogedora procesión del Silencio, que impresiona por su solemnidad y que se basa en la meditación y el recogimiento, para orar por la pasión. El Domingo de Resurrección culmina la procesión conjunta en la que las diferentes cofradías acompañan a la Virgen de la Alegría, ya despojada del luto, a reunirse con su hijo resucitado.

Durante toda la Cuaresma y la Semana Santa se degustan dulces típicos, como las torrijas o los dulces conventuales, y otros platos tan característicos como el potaje de Cuaresma o las sopas de ajos, que respetan siempre el ayuno y, por lo tanto, no llevan carne.

La Semana Santa salmantina culmina con el Lunes de Aguas, fiesta cuyo origen se remonta al S XVI, cuando el rey Felipe II, profundamente católico, decidió dictar unas ordenanzas según las cuales las mujeres públicas debían abandonar la ciudad durante toda la Cuaresma. El Lunes de Aguas se celebra el octavo día después de la Pascua, para conmemorar el día en el que el Padre Putas (el encargado de cuidar y vigilar a las prostitutas) acompañaba a los estudiantes a buscarlas, tras lo que celebraban una fiesta con abundancia de comida, bebida y sexo. Aunque la fiesta ya no se caracteriza por su desenfreno, sí que se sigue conservando la tradición de ir al campo o al río a degustar el hornazo, una empanada rellena de varios tipos de embutidos, y reunirse con los amigos.

Si quieres más información sobre el calendario de las procesiones o los eventos programados en estos días haz click aquí.

Para terminar, compartimos la Romanza del Lunes de Aguas, de Armando Manrique Cerrato.

 

Romanza del lunes de aguas.

Escuchen Vuesas Mercedes

la historia que se relata

que año tras año acontece

en tierra de Salamanca.

 

Sucede al octavo día

de la muy Santa Semana;

Nuestro Señor resucita

la Cuaresma es terminada.

 

Tiempo de recogimiento,

de ayunos y de plegarias,

tascas, cantinas, tabernas,

sus postigos los cerraban,

burdeles y mancebías,

los faroles apagaban

que en la vigilia, la carne,

al vulgo le era vedada

y los placeres carnales,

¡echados de las murallas!

 

 

Mas al llegar esa fecha,

tan gozosa y celebrada

que hoy nos conmemoramos,

llamada Lunes de Aguas,

toda aquella algarabía

a la villa regresaba

del arrabalero exilio

que la moral demandaba.

«Padre Putas» era el nombre

que el cortejo encabezaba;

disculpen tal expresión

pero es esta la palabra

(mi ánimo no es ofender

las virtuosas sotanas)

pero es que cruzando el Tormes,

alegremente embarcadas,

encontrábamos rameras,

prostitutas, barraganas,

mujeres de vida alegre,

seductoras, cortesanas

que su oronda mercancía

jubilosas la mostraban.

 

Tras los salmos y los rezos

la veda era levantada

y así al mando de ese cura

de caritativa alma,

la muy excelsa capital

culta y universitaria,

con grande satisfacción,

el regreso proclamaba.

 

Lunes risueño y festivo,

se bebía, se jugaba,

corría el vino a raudales,

se comía, se apostaba,

que la vida licenciosa

a la villa era llegada;

terminose la Cuaresma,

¡la vigilia era olvidada!

 

Con productos de la sierra,

inigualables viandas,

con chorizo y con jamón

y lomo de la matanza,

preparábase la típica

y contundente empanada

que con el nombre de hornazo,

quedó entonces bautizada.

 

Hoy varios siglos después

del trasiego de las barcas,

cuando viejas prohibiciones

 

han sido ya relegadas,

en la época de internet,

del WhatsApp y la informática,

al llegar octavo día

de la muy Santa Semana,

contínuase celebrando

tradición tan ilustrada

y en las riberas del Tormes,

en las dehesas y campas,

en los bosques y praderas

de toda la tierra charra,

allí júntanse las gentes

a festejar la jornada

y sigue siendo el hornazo

el rey de toda quedada.

 

Disfrútase la reunión

y las sabrosas viandas,

conmemorando la fecha

que hoy a todos nos hermana

y que he querido contarles

en la forma de romanza.

 

 

Vuesas Mercedes dirán

si han sido bien informadas

del magno acontecimiento

que se celebra en la plaza,

una fecha singular

llamada «Lunes de Aguas»

que año tras año acontece

en tierra de Salamanca.

 

Elena Borrás García
Profesora ELE en Spanish Courses Unamuno